Me siento honrada por tu visita. Pienso que los blogs son las antiguas cartas de mi adolescencia: una vía de comunicación, diálogo y expresión de pensamientos.
De algún modo estás en mi casa y pretendo honrar la tradición de la hospitalidad. ¡Siéntete a gusto!
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Por qué Álamos ventosos...
Por qué Álamos ventosos...
La elección del nombre del blog no ha sido azarosa, sino
todo lo contrario. Álamos ventosos resume un sin fin de historias que de algún
modo quiero presentar aquí.
Los libros de Lucy Montgomery han acompañado mi adolescencia y la de
mis hermanas. Creo que fue la primer lectura que compartimos las cinco. Luego,
cuando llegó Panaholma, mi papá plantó algunos álamos en la entrada y todas
coincidimos en que la casa debía llamarse como la casa de Anne: Álamos ventosos. El nombre no
prosperó y ese rincón de ensueño se llama La casa del artesano, en honor a mi
papá claro está. Pero para nosotras sigue siendo álamos ventosos ...
En Panaholma hay mucho viento y hay álamos
y hay fuegos que nos convocan en verano y en invierno, con los asados de mi
papá y las ensaladas de mi mamá. Cuando nos juntamos todos allí se recrea el
ritual mágico de cada una llevar algo. Y eso es parte de la magia que percibo
en la cocina: compartir, juntarse, disfrutar.
Es entonces, la cocina de Marila con sus
perfumes, sabores, aromas que se extiende por toda la casa ... álamos ventosos
es un lugar entrañable de nuestro corazón, sin lugar a dudas.
Finalmente, álamos ventosos es también mi
querida amiga Helen, británica de origen, canadiense de corazón. Ella ha
entendió siempre la pasión que me une a Lucy Montgomery, en particular, y a la
maravillosa Isla del
Príncipe Eduardo, en general.